Capturan a sicarios en caso de alias «La Diabla»: Lo que sabemos hasta ahora
Este caso, que ha conmocionado a Medellín, sigue develando detalles importantes relacionados con redes de crimen organizado y posibles vínculos con el narcotráfico.

El asesinato de Zaida Andrea Sánchez, conocida como La Diabla, ha dado un giro significativo tras la captura de dos hombres vinculados al crimen.
¿Quién era alias «La Diabla»?
Zaida Andrea Sánchez, de tan solo 27 años, era una mujer con un amplio historial criminal. Se le relacionaba con actividades ilícitas, incluyendo homicidios y robos, además de tener supuestos nexos con estructuras del narcotráfico en la región. Su asesinato, catalogado como una ejecución, ocurrió el 22 de enero de 2025 en el barrio Naranjal de Medellín, cerca del sector de El Estadio.
El ataque fue directo y planificado: un hombre armado, utilizando un silenciador, le disparó mientras ella salía de un lujoso vehículo. Recibió múltiples impactos de bala, una clara señal de que el crimen no fue fortuito, sino premeditado.
Los sospechosos y su captura en Barranquilla
Los responsables del asesinato, identificados como José Gregorio Morgado Herrera, de 25 años, y Estarlin Oswaldo Morgado Herrera, de 29 años, fueron detenidos en un hotel de Barranquilla. Ambos son ciudadanos venezolanos y, según la investigación, huyeron de Medellín tras cometer el crimen, probablemente para intentar evadir a las autoridades.
La investigación avanzó rápidamente gracias a cámaras de seguridad, las cuales captaron a los sospechosos en la escena del crimen. Se sabe que adquirieron una motocicleta en Medellín, vinculada directamente con el asesinato, lo que ayudó a cerrar el cerco en su contra. Además, las autoridades los rastrearon hasta Barranquilla, donde permanecieron escondidos aproximadamente ocho días antes de ser capturados.
Homicidio relacionado con narcotráfico
Los indicios apuntan a que el asesinato de La Diabla está estrechamente relacionado con el narcotráfico. Según investigadores, Sánchez tenía vínculos con un supuesto narcotraficante conocido como El Calvo, quien también fue asesinado previamente. Esto sugiere una posible disputa interna dentro de redes de tráfico de drogas.
Además, las autoridades no descartan que este crimen tenga relación con la masacre de la familia Lora Rincón en Aguachica, Cesar, ocurrida apenas días antes. Ambos eventos podrían estar conectados en un complejo entramado de violencia liderado por organizaciones criminales.
El asesinato de La Diabla no es un hecho aislado; más bien, es un reflejo de la creciente violencia criminal que rodea al narcotráfico en Colombia. Esta situación pone en evidencia cómo las disputas dentro de las organizaciones generan cadenas de asesinatos y afectan no solo a las personas involucradas, sino también a las comunidades enteras.