Polémica internacional por supuesta existencia de un búnker secreto de Maduro bajo el aeropuerto de Maiquetía
Vale decir que el Gobierno venezolano ha negado esta afirmación en varias oportunidades

Una nueva controversia sacude el panorama geopolítico de América Latina tras las revelaciones hechas por Marshall S. Billingslea, exfuncionario del Departamento del Tesoro de EE. UU. durante la administración de Donald Trump, quien publicó en redes sociales la ubicación y detalles técnicos de lo que asegura sería un sofisticado búnker subterráneo perteneciente al régimen de Nicolás Maduro.
El mensaje, acompañado de una imagen satelital, ha generado reacciones internacionales, pues sugiere la existencia de una instalación secreta con capacidad para alojar a la cúpula del poder venezolano en condiciones extremas, ubicada específicamente bajo la conocida “Rampa 4” del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, en Maiquetía.
Según Billingslea, el complejo contaría con más de cinco niveles subterráneos, superaría los 40 metros de profundidad y abarcaría una superficie cercana a los 15.000 metros cuadrados. También incluiría sala de situación con videoconferencias (SITROOM con VTC), dormitorios, gimnasio, cocina con refrigeración para abastecer a 150 personas durante cuatro meses, suministro de oxígeno por 25 días, seguridad cubana y conexión directa con el hangar presidencial.
En un momento de tensiones
La publicación aparece en un momento de creciente tensión entre Washington y Caracas, marcado por recientes maniobras militares estadounidenses en el Caribe y operativos contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico. Mientras el gobierno de Estados Unidos justifica estas acciones como parte de su estrategia antinarcóticos, Venezuela las interpreta como actos hostiles que podrían servir de antesala a una intervención.
Aunque la imagen satelital y las especificaciones han sido ampliamente difundidas por medios y usuarios en América Latina y EE. UU., no existe hasta el momento una verificación independiente que confirme la existencia o las características del presunto búnker. Tampoco ha habido un pronunciamiento oficial por parte del gobierno venezolano que desmienta o confirme la información.
Históricamente, el régimen de Maduro ha rechazado acusaciones similares, calificándolas como parte de campañas de desinformación y guerra mediática. Sin embargo, la publicación de Billingslea ha reavivado especulaciones sobre los niveles de preparación del oficialismo ante una eventual confrontación militar o crisis extrema.
La polémica también ha derivado en solicitudes de verificación y explicaciones por parte de actores internacionales, ante la posibilidad de que la revelación esté ligada a una estrategia de presión o como preámbulo a nuevas medidas diplomáticas o militares contra el gobierno venezolano. Mientras tanto, el silencio del Palacio de Miraflores no ha hecho sino alimentar las sospechas.





