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34 toneladas de cocaína incautadas en dos meses por Estados Unidos

Los esfuerzos hacen parte de la estrategia desplegada en el Caribe colombiana

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Con un enfoque que mezcla presión militar y cooperación internacional, el gobierno de Estados Unidos ha desplegado una ofensiva sin precedentes en el Pacífico Oriental para interceptar cargamentos de droga procedentes de Sudamérica. En solo ocho semanas, las autoridades estadounidenses han logrado confiscar más de 34 toneladas de cocaína como parte de la Operación Pacific Viper, una campaña liderada por la Guardia Costera en coordinación con la Marina.

La estrategia ha dado lugar a 20 interdicciones marítimas desde el 8 de agosto, con 59 personas detenidas y un promedio de más de 800 kilos de droga incautados por día. Las cifras reflejan la magnitud del fenómeno y la decisión del gobierno de Donald Trump de mantener una política de “mano dura” contra los cárteles que dominan el tráfico de estupefacientes en el hemisferio.

Una embarcación interceptada

Uno de los operativos más recientes ocurrió el 10 de septiembre, cuando unidades de la Guardia Costera interceptaron una embarcación de bajo perfil cerca de las Islas Galápagos. A bordo, encontraron 2.500 kilos de cocaína, lo que ilustra tanto la extensión geográfica de las rutas de tráfico como el nivel de sofisticación de las organizaciones criminales transnacionales.

El Vicealmirante Jeffrey Novak, subcomandante del Área del Pacífico de la Guardia Costera, calificó los resultados como un hito en la lucha contra el narcotráfico. “El hito logrado con la Operación Pacific Viper, más de 75.000 libras de cocaína incautadas, subraya nuestro compromiso con el desmantelamiento de organizaciones terroristas extranjeras y criminales transnacionales involucradas en el narcotráfico”, expresó.

Por su parte, el Departamento de Seguridad Nacional definió la operación como una “represión contra los cárteles”. En redes sociales, la institución subrayó que estas acciones buscan proteger el territorio nacional y atacar las cadenas logísticas de las organizaciones criminales que operan desde América del Sur.

Además de las incautaciones, la ofensiva ha incluido ataques selectivos contra embarcaciones sospechosas. Según fuentes oficiales, la Armada estadounidense llevó a cabo acciones directas contra barcos vinculados al narcotráfico desde Venezuela, neutralizando a al menos 14 presuntos integrantes de redes criminales, entre ellos miembros del grupo Tren de Aragua.

La ejecución de la Operación Pacific Viper depende de un entramado logístico y de inteligencia que involucra a múltiples agencias. Desde la base del Comando Sur en Cayo Hueso, Florida, se monitorean los movimientos marítimos en el corredor entre Sudamérica y Centroamérica, identificando patrones sospechosos que luego son intervenidos por unidades tácticas de la Guardia Costera y la Marina.

El Distrito Sudoeste, con sede en California, lidera las operaciones contra lanchas rápidas, semisumergibles artesanales y otros vehículos marítimos adaptados para evadir la detección en alta mar. El enfoque operativo combina tecnología de rastreo, drones, vigilancia satelital y patrullaje naval extendido.

Según analistas en seguridad hemisférica, la actual campaña muestra cómo Estados Unidos está intensificando su rol de actor proactivo en la interdicción marítima, en momentos en que las rutas del narcotráfico se han vuelto más móviles y dispersas. También refleja un giro estratégico que prioriza el uso de la fuerza en alta mar y la presión diplomática para ampliar la cooperación con países de la región.

Fuentes del Pentágono han adelantado que el despliegue continuará “de forma sostenida” en los próximos meses, con mayor inversión en inteligencia marítima y una ofensiva más agresiva en puntos clave del tránsito de drogas hacia Norteamérica.

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Víctor Castro Gutierrez

Con su título en mano, Víctor comenzó su carrera periodística como reportero en un periódico local de Medellín. Hoy en día, continúa desempeñando un papel crucial en el periodismo colombiano, siendo un referente en la investigación y denuncia de los problemas más apremiantes de la sociedad, y un defensor incansable de la libertad de prensa y la ética periodística en Colombia.

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