Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), el aceite de oliva contiene ácidos grasos monoinsaturados, ácidos grasos insaturados y vitamina E. De igual manera señala que la composición de ácidos grasos del aceite de oliva varía levemente, dependiendo del clima, suelo, variedad de la aceituna utilizada, entre otros factores.
Alrededor del aceite de oliva circulan múltiples creencias sobre sus efectos positivos para la salud del ser humano. Por ejemplo, el portal GastroLab reseña que esta sustancia posee propiedades beneficiosas, como su contenido de ácidos grasos omega-3, que son un antioxidante natural.
Por otra parte, este aceite también está asociado con efectos que estimulan la correcta digestión y ayudan a controlar los niveles de colesterol en el organismo. En ese orden de ideas, el citado portal explica por qué el consumo de aceite de oliva antes de ir a dormir podría ser beneficioso.
Aunque generalmente dicho aceite se utiliza como acompañante, una cucharada de esta sustancia después de una cena ligera podría ofrecer varios beneficios al organismo. Uno de ellos es que podría combatir el sobrepeso: “se ha comprobado que los ácidos grasos del aceite se transforman en una hormona llamada oleilatanolamida. Esta sustancia contribuye a convertir la grasa ‘mala’ en ‘buena’, sobre todo durante la noche, mientras no se están quemando tantas calorías”, recoge GastroLab.
Por otra parte, el consumo de aceite de oliva también está asociado con la capacidad para dormir mejor en las noches. Este efecto es logrado gracias al efecto saciante que permite esta sustancia y su contribución al sistema digestivo.