Renunció el director de la Aerocivil
La salida del cargo se da en plena crisis por obras inconclusas en el aeropuerto de Tolú. Solo duró seis meses en el cargo

El general retirado José Henry Pinto Rodríguez dejó su cargo como director de la Aeronáutica Civil, decisión que confirmó el Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) y que coincide con el creciente descontento por los retrasos y fallas en proyectos clave de infraestructura aérea.
Pinto, quien llegó a la Aerocivil en mayo de 2025 respaldado por su trayectoria militar y académica, enfrentaba críticas que venían desde antes de su posesión. Su paso como socio en la firma Transpacíficos —empresa en la que compartió participación con integrantes de la familia Chávez, investigada por delitos financieros y nexos con estructuras criminales— había generado cuestionamientos que ya en 2022 habían frustrado un intento previo del Gobierno de nombrarlo en un cargo público.
Aunque en ese momento su defensa legal afirmó que el oficial en retiro “no tiene ninguna relación o injerencia” en las investigaciones contra Danilo Chávez, los antecedentes volvieron a tomar fuerza a medida que los problemas en la Aerocivil se acumulaban.
La obra
La modernización del Aeropuerto Internacional Golfo de Morrosquillo, en Tolú, se convirtió en el mayor dolor de cabeza para la entidad durante el mando de Pinto. El proyecto, adjudicado al Consorcio Aeropuerto Tolú SC, prometía mejorar la pista, ampliar la plataforma y reforzar la seguridad operacional de una terminal clave para el turismo en el Caribe.
Sin embargo, tras el cierre del aeropuerto el 25 de agosto, las fechas de reapertura comenzaron a moverse sin explicación pública. Primero se aplazó del 25 de octubre al 25 de noviembre, y más tarde surgieron advertencias técnicas que encendieron alarmas: la Aerocivil informó que solo estaría operativa una pista de 1.300 metros, insuficiente para recibir aviones del tipo A-320, pieza central de la conectividad aérea que el Gobierno buscaba potenciar.
El impacto económico no tardó. Hoteles con baja ocupación, paquetes turísticos anulados, vuelos cancelados y viajeros desviados hacia otras ciudades marcaron la temporada. Comerciantes y operadores turísticos hablaron de pérdidas significativas y falta de claridad institucional.
La tensión escaló con una carta enviada por Emiro Arrazola, empresario que ha impulsado el aeropuerto durante más de cuatro décadas, al procurador Gregorio Eljach. En su advertencia, describe un panorama crítico: obras sin terminar, franjas de seguridad incompletas y un cerramiento que no cumple la normativa. En su comunicación responsabiliza a Pinto por un manejo “caótico, improvisado y perjudicial” del proyecto y exige una revisión técnica antes de cualquier reapertura oficial.
Aunque Pinto insistía en que la seguridad aérea debía ser un principio “intangible no negociable” y promovía la modernización de terminales regionales, la crisis en Tolú terminó empañando esos esfuerzos. Su salida se produce, además, cuando el país enfrenta múltiples retrasos en obras estratégicas y cuando la conectividad aérea sigue siendo un desafío prioritario para el Gobierno y el sector turístico.





