Colombia

Video: la fría confesión de un hombre que recluta y droga a niños para alquilarlos

Con total fluidez y desvergüenza habló del "gran negocio" que representa un bebé para pedir limosnas

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El hecho de reclutar niños y alquilarlos para que personas mayores puedan pedir limosna en las calles; se ha vuelto una práctica bastante común en Colombia; pues aparentemente resulta un «negocio» muy rentable para quienes están dentro de él.

Todo consiste en ubicar niños, preferiblemente bebés, y ofrecer dinero a sus padres para que lo entreguen a las bandas que los alquilan por 30 mil, 50 mil y hasta 120 mil pesos al día; dependiendo de la cantidad de horas que la persona interesada desea permanecer con ellos en la calle.

El objetivo es claro: inspirar lástima a los transeúntes para que se desprendan de pequeñas, medianas o grandes cantidades de dinero al ver la vulnerabilidad de los menores; lo que representa un delito tipificado en la ley colombiana como explotación infantil.

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El programa Séptimo Día hizo un trabajo especial al respecto, en el que captó en cámaras a todos los actores de esta situación; es decir, los padres que entregan a sus hijos, los reclutadores, los que salen a la calle con ellos y las autoridades que hacen operativos en contra de este flagelo.

En ese proceso investigativo, el periodista a cargo contactó a uno de los hombres que en un momento de su vida trabajó como reclutador y este -de manera muy fría y sin escrúpulo alguno- reveló cómo es todo el proceso por el que pasa un bebé que es alquilado y cuánto se puede obtener de ganancia.

¿Cómo hacen para que los niños no lloren?

Este sujeto, quien habló desde el anonimato, aseguró que a los niños los drogan mediante inhalación forzada o por medio de la ingesta de un líquido; el cual es mezclado con una bebida que les sea familiar. De esta manera permanecerán dopados; además no se les da comida durante la cantidad de horas que pasan en la calle; pues con cualquier alimento corren el riesgo de que se corte el efecto de los estupefacientes suministrados.

También detalló que cuando consiguen menores «bonitos» los ensucian y les desgastan la ropa para que parezcan mucho más vulnerables y así toquen más los sentimientos de quienes lo ven; afirmó que «a los pelaos los categorizamos como la raza de los perros»; es decir, los organizan y los valorizan de acuerdo con su color de piel y su estado físico.

Asimismo manifestó que cuando les entregan comida o ropa, suelen botarla; y reveló que en un día alguien que «trabaje» con un niño alquilado puede recibir hasta 300 mil pesos en limosna.

Esa cifra puede variar, pero siempre, sea como sea, tiene que ser dividida entre el reclutador, los padres, el que paga el alquiler; y una cuarta persona que es la que se encarga de estar pendiente de los operativos policiales, del ICBF y de Migración Colombia. Esta última entidad entra en escena debido a que la mayoría de los niños que son utilizados para este «negocio»; son de nacionalidad venezolana.

 

 

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Víctor Castro Gutierrez
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