No sufras más por el mal aliento: conoces estos datos y sigue las recomendaciones
No siempre el mal aliento es el resultado de un problema de higiene personal, hay quienes por más limpios que tengan los dientes, siguen sufriendo por esta situación

El mal aliento, también conocido como halitosis, es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo. Este problema puede ser incómodo y embarazoso, pero en la mayoría de los casos, sus causas son tratables. Existen diversas razones por las cuales una persona puede experimentar mal aliento, y abordarlas de manera adecuada es esencial para mantener una buena salud bucal y general.
Una de las principales causas del mal aliento es la acumulación de bacterias en la boca. Estas bacterias se alimentan de partículas de alimentos y producen compuestos sulfurados volátiles, que son responsables del mal olor. La falta de higiene bucal adecuada, como el no cepillar los dientes y usar hilo dental, facilita la proliferación de estas bacterias. Además, la lengua es un área que puede acumular residuos y bacterias, por lo que su limpieza también es importante para prevenir el mal aliento.
La sequía bucal tiene mucho que ver
Otra causa común es la sequía bucal, o xerostomía, que ocurre cuando la producción de saliva disminuye. La saliva desempeña un papel crucial en la limpieza de la boca, ya que ayuda a eliminar los restos de comida y neutraliza los ácidos. La sequía bucal puede ser provocada por factores como el consumo de ciertos medicamentos, la deshidratación o problemas de salud como el síndrome de Sjögren.
Además, el mal aliento puede ser un síntoma de problemas de salud subyacentes. Enfermedades como la gingivitis, la periodontitis, las infecciones respiratorias, el reflujo gástrico, la diabetes o incluso trastornos hepáticos o renales pueden contribuir al mal aliento. Es importante no descartar estos problemas y consultar a un profesional de la salud si el mal aliento persiste, a pesar de seguir una rutina de higiene bucal adecuada.
Lidiar con el mal aliento requiere hábitos regulares de cuidado bucal. Cepillarse los dientes al menos dos veces al día con pasta dental que contenga flúor, usar hilo dental para eliminar restos de comida entre los dientes y limpiar la lengua con un raspador de lengua son pasos fundamentales. Además, beber suficiente agua ayuda a prevenir la sequedad bucal, y masticar chicles sin azúcar o consumir alimentos frescos como manzanas y zanahorias puede estimular la producción de saliva.
Si el mal aliento persiste, a pesar de mantener una buena higiene bucal, es recomendable visitar a un dentista para descartar problemas más graves o recibir el tratamiento adecuado. En algunos casos, un cambio en la dieta o el tratamiento de enfermedades subyacentes puede ser necesario para resolver la causa del mal aliento.