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Los altos riesgos de la jardinería: las precauciones que debe tener

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Muchas personas practican la jardinería por placer, relajación y por mero gusto de cuidar sus huertos en casa o sus flores. Sin embargo, los jardineros están expuestos a altos riesgos si no tienen en cuenta algunas cosas; sobre todo, relacionado los productos químicos que se deben utilizar.

De hecho, los productos de jardinería que venden a los particulares, contienen las mismas moléculas activas que los que se utilizan en la agricultura intensiva. Por lo que es necesario adoptar algunas precauciones, para que la jardinería siga siendo un placer sano.

El uso indebido de pesticidas en la jardinería

Los tratamientos con pesticidas se emplean con demasiada frecuencia sin ser necesarios. En algunos casos se confunden problemas de plagas con exceso de riego o deficiencias en minerales. En otras ocasiones, los productos utilizados no siempre están adaptados a las plagas o a las enfermedades que se intentan tratar.

Otro error del uso de pesticidad es que las cantidades empleadas son a menudo excesivas, sobre todo cuando la superficie a tratar es pequeña. Y los plazos de aplicación del producto antes de la cosecha no siempre se respetan.

El uso de pesticidas, incluso para los geranios del balcón, presenta riesgos para la salud. Entre ellos, los efectos a largo plazo de los residuos en las frutas y verduras que son poco conocidos. Para el medio ambiente también, puesto que, el exceso de pesticidas presenta un riesgo de contaminación del agua, es nocivo para los organismos útiles (abejas, lombrices…) y puede alterar los equilibrios biológicos.

Cómo usar mejor los productos de jardinería

Los pesticidas, ya sean sintéticos o naturales, nunca son productos inocuos, por lo que debemos asegurarnos de respetar ciertas reglas antes, durante y después del tratamiento.

Tratar cuando es necesario

Siempre se debe intervenir sólo cuando es oportuno para evitar tratamientos innecesarios. Vigile el estado de las plantaciones y aprenda a reconocer los síntomas causados por la enfermedad, los insectos y otras plagas. Elija técnicas que no requieren productos: desherbado manual (escarba, abono orgánico), selección de variedades resistentes, recolección, captura. Estas prácticas pueden evitar el uso demasiado fácil o erróneo de pesticidas.

Elegir el producto adecuado

Compre únicamente los productos que llevan la indicación «uso autorizado en los jardines», otorgada por el Ministerio de Agricultura y Pesca. Los productos que no levan esta indicación están prohibidos para los jardineros aficionados. Lea bien las etiquetas y elija los productos con indicaciones adaptadas a jardines (tasa de aplicación por m², consejos de uso) y en un envase práctico. Evite los productos polivalentes ya que su uso rara vez se justifica. Compre los productos en un distribuidor especializado que le pueda proporcionar un asesoramiento adecuado. Antes de cada uso, tómese el tiempo para leer de nuevo la etiqueta y las instrucciones para su uso.

Algunos consejos prácticos para cuidar la salud y el medio ambiente

No fume, beba o coma durante la preparación y el tratamiento, lleve guantes adecuados, un mono de trabajo y botas. Si la etiqueta lo indica, lleve una máscara y gafas y al final del tratamiento, lave las botas, los guantes y lávese las manos y la cara, guarde los dispositivos y productos de tratamiento en una habitación cerrada con llave, fuera del alcance de los niños y los animales domésticos.

Anote exactamente las superficies o el números de plantas a tratar, prepare la cantidad de tratamiento estrictamente necesaria para evitar restos después del tratamiento, use el material de aplicación adecuado (no use una regadera), aplique el producto en el momento adecuado: no trate si hace demasiado calor, si llueve o si hace viento, asegúrese de que el producto no sea arrastrado fuera de la superficie tratada, no escarde áreas impermeables con productos químicos (terrazas, enlosados, asfalto…) y no aplique productos cerca de los pozos, alcantarillas o zanjas.

Si queda restos de producto en la máquina, no los tire dentro de la zanja o alcantarilla: dilúyalos y aplíquelos en el cultivo tratado al final del tratamiento, enjuague la máquina y aplique el agua de enjuague en el cultivo. Cuando el recipiente está vacío, enjuáguelo al menos tres veces y use el agua de aclarado durante el tratamiento. Los productos caducados, no utilizados o prohibidos y los envases deben ser depositados en los vertederos (direcciones disponibles en los ayuntamientos) o llevados de vuelta al distribuidor cuando sea posible.

La fertilización también requiere precauciones

Los fertilizantes y abonos orgánicos (estiércol y compost), muy ricos en nitrógeno y fósforo, se utilizan demasiado a menudo en cantidades superiores a las necesidades reales de las plantas.

Estos excesos son una fuente de contaminación del agua, especialmente por nitratos, que deterioran la calidad de las verduras y frutas y debilitan las plantas que se vuelven más vulnerables a las enfermedades (¡un incentivo para usar aún más pesticidas!).

Por lo tanto, debemos evaluar las necesidades de las plantaciones y reducir el uso de fertilizantes a un mínimo. Los millones de jardineros aficionados ignoran con demasiada frecuencia el impacto de los tratamientos químicos en el medio ambiente y la salud. Una ignorancia que contribuye a la contaminación del entorno.

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Lina Muñóz Rojas
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