Washington prende las alarmas sobre la paz en Colombia: duro mensaje contra el Gobierno Petro en la ONU
Las tensiones entre ambos gobiernos cada vez son más agudas y marcadas

La representación de Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad encendió una fuerte polémica internacional este viernes al poner en tela de juicio el manejo que el Gobierno de Gustavo Petro le ha dado al proceso de paz en Colombia.
Durante una sesión convocada para revisar el más reciente informe sobre la implementación del Acuerdo de Paz, la delegación estadounidense no solo cuestionó el rumbo del proceso, sino que además advirtió que la Misión de Verificación de la ONU estaría siendo instrumentalizada por el Ejecutivo colombiano.
El embajador alterno Mike Waltz afirmó que el mandato inicial del organismo ha sido desviado. “Fue creada para verificar la desmovilización de las FARC. Hoy, su alcance refleja prioridades políticas sobredimensionadas, como la justicia transicional o el componente étnico”, aseguró.
La intervención también dejó ver la posibilidad de que Estados Unidos reevalúe su apoyo al mecanismo internacional, decisión que podría tener implicaciones significativas para el acompañamiento internacional del proceso de paz. “Estamos revisando si esta misión aún merece el respaldo del Consejo”, dijo Waltz.
Sin mención directa, pero clara
Aunque no se mencionó directamente al presidente Petro, el mensaje apuntó a la forma en que su administración ha expandido el alcance del acuerdo firmado en 2016, un tema que ha generado controversias internas y ahora, tensión diplomática.
La votación para renovar el mandato de la Misión se llevará a cabo a finales de octubre. De su aprobación depende el seguimiento a pilares clave del proceso como la seguridad de los excombatientes, el avance de la reforma rural y el cumplimiento de los compromisos con comunidades históricamente excluidas.
Desde Bogotá, aún no hay una respuesta oficial a las declaraciones del gobierno estadounidense, pero sectores del oficialismo ya han rechazado lo que consideran una “intromisión extranjera” en un proceso soberano.





