Estos son los alimentos que dañan el hígado
La Clínica Mayo compara el hígado con un balón de fútbol americano que se ubica en la parte superior derecha del abdomen.

Una de las principales funciones del hígado es eliminar sustancias tóxicas que pueden ser ingeridas en bebidas, alimentos o medicamentos. Por esto es recomendable mantener una alimentación saludable.
La Clínica Mayo compara el hígado con un balón de fútbol americano que se ubica en la parte superior derecha del abdomen. Su función a destacar es la limpieza de la sangre, ya que colabora en la eliminación de las toxinas que en ella se encuentran.
Además, guarda el glucógeno y produce la bilis, misma que tiene la capacidad de absorber la grasa. También, es uno de los protagonistas en la producción de colesterol HDL, considerado bueno para el organismo.
Es entonces que si un plan de alimentación no es equilibrado, puede poner en riesgo las funciones hepáticas, provocando enfermedades. No obstante, es importante destacar que la hepatitis en sus tres versiones (A, B y C) es la afección que más se conoce y aqueja el hígado, que tiene como síntoma principal la inflamación de este.
Estos son algunos alimentos y bebidas que se consumen habitualmente que pueden afectar el hígado:
Azúcar
El azúcar que de los productos industrializados como refrescos, dulces o galletas pueden causar fibrosis.
Comida chatarra
Las papas, los chicharrones y aderezos agregan sodio y grasas al cuerpo y esto puede producir alteraciones en el hígado.
Bebidas energéticas
Si su consumo es constante pueden causar insuficiencia hepática. Es recomendable tomarlas con moderación.
Alcohol
Esta es la más dañina para el hígado, ya que consumirla en exceso puede generar hepatitis o cirrosis. Si decides tomar alcohol, hazlo con moderación.
Embutidos
Comer habitualmente chicharrón, manteca, salami, longaniza o chorizo puede causar hígado graso.
La sal
La OMS señala que el “elevado consumo de sodio (…) contribuye a la hipertensión arterial y aumenta el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular”, lo que no significa que se elimine su consumo, sino que se reduzca. Cuando la presión arterial es alta aumentan las probabilidades de tener hígado graso.
Las personas más vulnerables en padecer de esta enfermedad, son aquellas que tienen diabetes tipo 2, obesidad, sufren de altos niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.