Renunció el ministro de Justicia
Lo hizo a través de una carta enviada al presidente Gustavo Petro

El ministro de Justicia, Eduardo Montealegre Lynett, presentó este viernes su renuncia irrevocable al cargo tras una dura reacción contra la absolución del expresidente Álvaro Uribe Vélez por parte del Tribunal de Bogotá. En una extensa carta dirigida al presidente Gustavo Petro, Montealegre expresó su “profunda indignación por el prevaricato en que incurrió el Tribunal de Bogotá al absolver un criminal de guerra, un corrupto: Álvaro Uribe Vélez”, decisión que calificó como un reflejo de la impunidad enquistada en el sistema judicial colombiano.
El ahora exministro no se limitó a cuestionar el fallo. En su carta, denunció un entramado de poder que, según él, protege al expresidente. “Un ilícito avalado por el establecimiento de Colombia y un premio nobel de la paz servil ante él, pusilánime”, escribió, aludiendo tanto a sectores del poder político como a figuras internacionales que —a su juicio— respaldan a Uribe.
Montealegre afirmó que su salida del Gobierno responde a la necesidad de actuar con independencia y llevar sus reclamos ante instancias internacionales. “Como víctima de Uribe, debo retomar el ejercicio de mis derechos para impedir que sus actos queden en la impunidad. Esto implica que, es mi deber, acudir a los tribunales internacionales para clamar por el fin de su violencia sistemática contra el pueblo humilde y trabajador”, aseguró.
Poca o nula confianza
En la misma misiva, advirtió que no confía en la respuesta de las instituciones nacionales frente a los crímenes atribuidos al expresidente. “Es predecible que la Corte Suprema, cooptada por el verdugo de la justicia que en el pasado la ultrajo y doblegó, lo absuelva”, escribió, y añadió que “la Fiscalía General de la Nación no actuará para sancionar los delitos de lesa humanidad del Aro y la Granja realizadas por Uribe, ni las vinculaciones de él y su familia con el paramilitarismo”.
Montealegre fue aún más lejos al afirmar que “Uribe es el amo de la justicia, y ella, como esclava, se inclina sumisa ante su inmenso poder. Yo no lo haré”. En su carta, insistió en que mantendrá su lucha desde los espacios jurídicos internacionales y desde la denuncia pública.
También dirigió críticas al procurador general, a quien calificó como “un funcionario oscuro, aliado del abogado mafia”, y acusó de formar parte “de la clase política más corrupta de Colombia”, incluso con el “respaldo de sectores del pacto histórico que dicen impulsar la transparencia”.
El exministro cerró su carta con un mensaje al presidente Petro, agradeciéndole la confianza depositada en su gestión, pero advirtiéndole sobre tensiones internas en su entorno: “Cuídese mucho: en palacio hay traidores que acechan con dagas peligrosas”.
Finalmente, Montealegre reiteró su llamado a una transformación profunda del sistema político y judicial colombiano, señalando que “la constituyente de iniciativa popular es el único camino que nos queda para derrotar el establecimiento y la nueva gobernanza paramilitar que quiere imponerse de nuevo sobre nuestro país”.





