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China vuelve a implementar los polémicos test anales para detectar el COVID-19

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A dos semanas del inicio de los Juegos Olímpicos de Beijing y en medio la propagación de la variante ómicron en el mundo, China retomó los polémicos test anales para detectar el COVID-19, según informaron medios como Daily Mail.

Aproximadamente 27 personas se sometieron a las pruebas en una unidad residencial en Beijing donde se identificó un caso de ómicron en una joven de 26 años, el que sería el primer caso registrado de esa variante en la ciudad.

Los test anales para detectar el COVID-19 se realizan introduciendo el hisopo de algodón de unos dos o tres centímetros empapado con solución salina por el recto del paciente. Esta prueba solamente dura 10 segundos y a los pocos minutos ya se sabe el resultado gracias a los restos del virus que se quedan en las heces.

Según algunos científicos, este es un método más efectivo porque el virus permanece más en el ano que en las vías respiratorias. Sin embargo, para muchos es «superhumillante».

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En marzo de 2021, se registró una controversia por este método, ya que Japón pidió a China eximir a sus ciudadanos de las pruebas anales de COVID al arribar a ese país.

Medidas por ómicron en China

Beijing, la capital china, registró su primer caso de Ómicron el pasado sábado, a menos de tres semanas de que empezaran los Juegos Olímpicos de Invierno el próximo 4 de febrero.

Las autoridades adoptaron una política de ‘cero COVID’, razón por la que las pruebas se multiplican en la ciudad y se impusieron nuevas restricciones de movilidad para proteger a todo costo el transcurso de los Juegos. Para entrar a la ciudad, cualquier viajero tiene que presentar una prueba PCR negativa de menos de 48 horas y las líneas de transporte entre la capital y las ciudades donde se han registrado casos de Covid-19 estarán mayoritariamente canceladas.

Delegados internacionales, así como la prensa y los deportistas que están ya en el lugar para los Juegos, viven en una «burbuja sanitaria» anti-COVID, que les separa del resto de la población.

Debido a nuevos casos identificados en Pekín, las escuelas cerraron antes de lo previsto, anticipando la fiesta de la primavera.

China, donde el coronavirus fue detectado por primera vez a finales de 2019, consiguió controlar los efectos del COVID-19 en su territorio.

La vida allí es casi normal gracias a medidas drásticas: largas cuarentenas obligatorias a la llegada al territorio, confinamientos específicos, test de detección masivos, aplicaciones de teléfono móvil de seguimientos de los desplazamientos y una fuerte limitación de los vuelos internacionales.

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James García Rodríguez
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