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Patrimonio de Charlie Zaa, en la mira Por presuntos nexos paramilitares

La defensa del artista salió al paso ante las acusaciones

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Una fortuna que supera los 25.000 millones de pesos quedó bajo custodia judicial luego de que la Fiscalía solicitara medidas cautelares de embargo y secuestro sobre varios inmuebles y establecimientos comerciales vinculados al cantante de boleros y música tropical Carlos Alberto Sánchez Ramírez, más conocido como Charlie Zaa.

Por qué la Fiscalía actúa

La petición se sustenta en testimonios rendidos ante Justicia y Paz que describen al artista como supuesto testaferro del Bloque Tolima de las Autodefensas. Las declaraciones señalan que Zaa habría facilitado compras inmobiliarias usadas para financiar la estructura paramilitar.

Uno de los excombatientes, citado en el expediente, recordó un encuentro en el centro comercial Oasis de Girardot: “Nos encontramos en un centro comercial en Girardot, llamado El Oasis; después en la cárcel supe que era de Charlie Zaa”, relató, añadiendo que allí operaban tres locales destinados a “los hijos de Elías”, un exjefe paramilitar fallecido.

Los bienes en cuestión

  • Centro comercial Oasis (Girardot): donde funciona la discoteca más grande de la ciudad.
  • Discotecas Kapachos y Solaris (Ibagué): situadas en la zona rosa de la capital tolimense.

Además, el expediente menciona otro local Oasis en Melgar y fincas en Guamo, Girardot y Melgar que habrían sido escenario de reuniones entre Zaa y Daniel Goyeneche, alias Daniel, antiguo comandante del Bloque Tolima.

Relatos que apuntan al cantante

Ricaurte Soria Ortiz, exintegrante del Bloque, declaró: “Un primo de Charlie Zaa visitaba al Comandante Daniel cada ocho días e iba a entregarle cuentas de la Discoteca Kapachos de Ibagué”. Otros desmovilizados, entre ellos Indalecio José Sánchez (Fredy), Atanael Matajudíos y Óscar Oviedo Rodríguez, coincidieron en los señalamientos.

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Según la Fiscalía, alias Daniel convirtió al Bloque Tolima en una “oficina de cobro” que, entre 2004 y 2005, perdió autonomía financiera al asociarse con el cartel del Norte del Valle. El enriquecimiento personal —añade la investigación— provenía de robo de hidrocarburos y homicidios por encargo.

La versión de Zaa

El intérprete de “Flor sin retoño” asegura que compró los lotes del Oasis con regalías pagadas por la discográfica Sonolux y que el centro comercial le pertenece, salvo dos locales entregados como parte de pago por una casa en Lagos del Peñón. Sostiene, además, que los negocios en Ibagué operan dentro del marco legal.

Sin embargo, el ente acusador advierte la ausencia de planos, licencias, reglamento de propiedad horizontal y registros contables que respalden la construcción y adecuación del centro comercial. Esa falta de soporte alimenta la hipótesis de un posible lavado de activos.

Lo que viene

Un magistrado de Justicia y Paz deberá decidir si avala la extinción de dominio. Mientras tanto, los bienes quedan congelados y las pesquisas continúan para determinar si el músico fue pieza clave en el engranaje financiero de una estructura que combinaba paramilitarismo y crimen organizado. La defensa del artista, de momento, se reserva comentarios mientras prepara su estrategia jurídica.

La resolución que se dicte podría convertirse en uno de los casos emblemáticos sobre el uso de la extinción de dominio en Colombia para golpear patrimonios presuntamente levantados con dinero de grupos armados ilegales.

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Víctor Castro Gutierrez

Con su título en mano, Víctor comenzó su carrera periodística como reportero en un periódico local de Medellín. Hoy en día, continúa desempeñando un papel crucial en el periodismo colombiano, siendo un referente en la investigación y denuncia de los problemas más apremiantes de la sociedad, y un defensor incansable de la libertad de prensa y la ética periodística en Colombia.

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