Bolivia deja atrás el socialismo y tendrá presidente de derecha
La segunda vuelta se disputará el 19 de octubre del presente año

Bolivia se encamina hacia un giro político histórico luego de que los candidatos de derecha Rodrigo Paz y Jorge Quiroga pasaran a segunda vuelta en las elecciones presidenciales celebradas este domingo, dejando fuera de competencia al Movimiento Al Socialismo (MAS), fuerza dominante en el país durante las últimas dos décadas.
Con el 92% de las actas escrutadas, Paz, senador de 57 años, lidera con el 32,1% de los votos, seguido por Quiroga, expresidente entre 2001 y 2002, quien obtuvo el 26,8%, según cifras preliminares del Tribunal Supremo Electoral. El balotaje ha sido fijado para el 19 de octubre.
El sorpresivo ascenso de Paz, que no aparecía como favorito en las encuestas una semana antes de los comicios, marca una ruptura con el largo predominio de la izquierda boliviana. La elección se desarrolló en medio de una aguda crisis económica, marcada por escasez de dólares y combustibles, y una inflación interanual cercana al 25%, la más alta en casi dos décadas.
Un desgaste financiero profundo
Durante la gestión del actual presidente Luis Arce, Bolivia experimentó un desgaste financiero profundo, con reservas internacionales casi agotadas, en gran parte debido a los altos subsidios a los combustibles. La situación minó la popularidad del MAS, que también se vio fracturado por una dura disputa interna entre Arce y Evo Morales.
Ambos candidatos que pasaron a segunda vuelta han hecho hincapié en la necesidad de un cambio estructural. “Bolivia necesita estabilidad, gobernabilidad y generar un cambio en la economía que no sea una economía para el Estado, sino una economía para la gente”, afirmó Paz tras emitir su voto en Tarija.
Quiroga, por su parte, planteó una transición sin confrontaciones: “Bolivia va a ser ejemplo para el mundo, por la forma en que vamos a cambiar pacífica y democráticamente después de 20 años de abusos”, declaró el exmandatario, quien fue vicepresidente de Hugo Banzer antes de asumir el poder en 2001.
Tanto Paz como Quiroga han señalado su intención de llevar a Evo Morales ante la justicia. El exmandatario indígena, que gobernó entre 2006 y 2019, está impedido legalmente de postularse nuevamente y enfrenta una orden de detención por un caso de presunta trata de una menor, una acusación que él rechaza.
Distanciado del MAS y enfrentado abiertamente con Arce, Morales promovió el voto nulo en esta elección. Desde su refugio en el centro del país, salió a votar y cuestionó la legitimidad del proceso electoral: “Esta votación va a demostrar que es una elección sin legitimidad”, sostuvo. También afirmó que “si no hay fraude” el voto nulo saldría “primero”.
La segunda vuelta enfrentará ahora a dos visiones de derecha que coinciden en romper con el modelo estatal que rigió en Bolivia por 20 años, aunque con matices distintos en cuanto a sus trayectorias y propuestas. El país se prepara para un octubre decisivo en un escenario económico crítico y con el electorado demandando cambios urgentes.