Al menos 19 heridos tras brutal “barbarie” en el Libertadores de América
El caos que se generó en Avellaneda empañó el fútbol mundial y ha creado alarma nuevamente sobre los riesgos que generan las barras

El Coliseo de Avellaneda fue escenario de una barbarie inédita: al menos 19 personas resultaron heridas, incluidas dos que requirieron cirugía neuroquirúrgica de urgencia, cuando desataron disturbios en la tribuna donde se ubicaban los hinchas de la Universidad de Chile. El partido de revancha por los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y el conjunto chileno fue suspendido de inmediato por Conmebol debido a la extrema violencia que se desató.
De acuerdo con medios como Emol y Bío Bío, los heridos fueron trasladados a diferentes hospitales de la provincia de Buenos Aires, con el mayor número concentrado en el Hospital Fiorito. La urgencia médica fue tal que uno de los afectados, tras una caída desde lo alto de la tribuna, tuvo que ser operado de inmediato.
José Antonio Viera-Gallo, embajador chileno en Argentina, calificó los hechos como gravísimos: “Hay dos hinchas intervenidos neuroquirúrgicamente… las operaciones son delicadas, pero por ahora no se encuentra en riesgo vital”. En paralelo, más de 135 personas fueron detenidas, acusadas de delitos como atentado, resistencia a la autoridad, lesiones graves y daños. Según el diplomático, tres mujeres y los menores ya fueron liberados y puestos bajo custodia familiar, mientras que los demás enfrentan procesos judiciales.
Hubo un total caos
Las imágenes captadas por medios locales revelan la gravedad del caos: incendios de sillas plásticas, hidro choques, lanzamiento de objetos contundentes desde las tribunas, destrozos en baños y ventanas rotas en el micro que transportaba al plantel chileno. Esto provocó una extendida intervención policial y la recomendación formal de suspender el partido, un llamado en el que Conmebol tardó en ceder, priorizando primero el desalojo de los hinchas visitantes.
“Fue una violencia inusitada que nunca había visto”, declaró el presidente de Independiente, Néstor Grindetti, quien aclaró que el club no fue responsable de los incidentes. Por su parte, Michael Clark, presidente de la U de Chile, describió el episodio como “una tragedia” y lamentó que lo que debía ser “un partido de fútbol” se convirtiera en una de las peores escenas de violencia en el fútbol sudamericano.