Petro minimiza amenaza del Tren de Aragua y descarta tratarlo como grupo terrorista
Esto luego de que el Senado lo clasificara como tal

El presidente Gustavo Petro generó controversia este miércoles al afirmar que el grupo criminal Tren de Aragua, con presencia documentada en varios países de la región, no encaja en la categoría de organización terrorista. La declaración se dio a través de un mensaje en su cuenta de X (antes Twitter), en medio de un análisis más amplio sobre estructuras delictivas y violencia urbana en Colombia.
Petro señaló que los integrantes del Tren de Aragua detenidos en el país son en su mayoría migrantes venezolanos en condición de exclusión, involucrados en delitos comunes, pero no en actos de terrorismo. “Del Tren de Aragua hemos capturado decenas de integrantes, se componen de migrantes excluidos llegados de Venezuela y dedicados a actividades delincuenciales que no se pueden denominar como terroristas”, escribió el mandatario.
Una respuesta inesperada
La afirmación se dio en respuesta a discusiones recientes sobre el manejo que Colombia debe dar a las redes criminales internacionales. Mientras que en otros países se ha planteado calificar al Tren de Aragua como una amenaza terrorista, Petro insiste en que se trata de un fenómeno que requiere un enfoque social y preventivo. “Creo que una buena política de inclusión juvenil con destino a migrantes podría eliminar la violencia en estas personas”, agregó.
Esta postura marca distancia frente a los lineamientos de seguridad adoptados por gobiernos como el de Chile y Perú, donde se ha endurecido el discurso contra dicha organización. En contraste, el mandatario colombiano plantea soluciones desde lo social, enfocadas en la prevención más que en la represión.
Aunque no se refirió directamente a operaciones puntuales del grupo en Colombia, sí confirmó que varias capturas ya se han realizado, pero sin detallar en qué ciudades ni bajo qué delitos exactos. En semanas anteriores, autoridades locales en Bogotá, Cúcuta y Medellín habían advertido sobre la posible expansión del Tren de Aragua en sus territorios.
La declaración presidencial generó reacción inmediata en sectores políticos y expertos en seguridad, quienes consideran que minimizar la amenaza del Tren de Aragua puede dificultar su combate. Algunos analistas han advertido que si bien no todos sus crímenes califican como terrorismo, sus acciones organizadas y violentas sí representan un riesgo real para la seguridad ciudadana.
Mientras tanto, organismos de inteligencia continúan monitoreando la evolución del grupo en el país. La posición del presidente reabre el debate sobre cómo abordar la criminalidad transnacional en el contexto migratorio y cuál debe ser el papel del Estado frente a fenómenos que combinan exclusión social con estructuras delictivas de alta peligrosidad.