Justicia brasileña impone brazalete electrónico a Bolsonaro y él lo califica de “humillación suprema”
El exmandatario consideró que se trata de una medida extrema, pues se ha comprobado que no hay riesgo de que él salga del territorio brasileño
La Corte Suprema de Brasil impuso este viernes nuevas medidas cautelares contra el expresidente Jair Bolsonaro, en el marco de una investigación que lo vincula con un presunto intento de golpe de Estado tras su derrota electoral en 2022. La decisión judicial, ordenada por el magistrado Alexandre de Moraes, incluye el uso obligatorio de una tobillera electrónica, restricción de movilidad entre las 7:00 p. m. y las 7:00 a. m., la prohibición de utilizar redes sociales, así como de comunicarse con otros investigados, acercarse a embajadas o contactar con diplomáticos extranjeros.
Estas restricciones fueron adoptadas tras la apertura de un nuevo proceso relacionado con gestiones realizadas en Estados Unidos por su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro, quien según las autoridades habría buscado respaldo internacional frente al proceso judicial de su padre. La investigación también indaga sobre los vínculos con la imposición de aranceles del 50 % a Brasil por parte del expresidente Donald Trump, decisión que Eduardo ha atribuido en parte a su propia gestión.
Tras conocerse la decisión, Jair Bolsonaro se pronunció públicamente a las afueras de la sede de la Policía Federal en Brasilia, donde se le instaló el dispositivo de control. Calificó las medidas como parte de un proceso “eminentemente político” y denunció un intento de anular su presencia pública y la de la derecha brasileña: “Estoy restringido a Brasilia con una tobillera. Registraron y confiscaron mi casa, llevándose 7 mil reales y aproximadamente 14 mil dólares, todo ello debidamente obtenido. Ahora mismo, es una nueva investigación, y yo también estoy involucrado…”.
El exmandatario rechazó las acusaciones de conspiración para derrocar al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y aseguró que “jamás” pensó huir del país ni buscar refugio en embajadas extranjeras. “Nunca pensé en irme de Brasil, nunca pensé en ir a una embajada… el objetivo es una humillación suprema. Ese es el objetivo”, sentenció.
Sobre el papel de su hijo
Bolsonaro también defendió el papel de su hijo en Estados Unidos, a quien describió como un “luchador por la democracia y la libertad”, y dejó abierta la posibilidad de intentar una visita al país norteamericano, pese a la prohibición de salida impuesta por la Justicia: “Si me devuelven el pasaporte y el gobierno lo considera útil, solicitaré una audiencia con el presidente de Estados Unidos”.
La Fiscalía brasileña acusa al exmandatario de cinco delitos, entre ellos golpe de Estado y abolición violenta del Estado democrático de derecho, cuyas penas acumuladas podrían alcanzar los 40 años de prisión. Según los investigadores, Bolsonaro habría liderado, junto con exministros y altos mandos militares, un plan para desconocer los resultados electorales y mantenerse en el poder por vías ilegales.
Mientras tanto, el exmandatario insiste en que no hay pruebas en su contra y que la narrativa del golpe responde a intereses políticos: “La investigación del golpe es una investigación política. No hay nada concreto ahí”.
