Una madre buscó a su hija y a su nieto durante 20 días en Bogotá. Encontró a la joven en Medicina Legal, pero el bebé sigue desaparecido.
La desaparición de seres queridos es una de las experiencias más angustiantes que una persona puede enfrentar. En Bogotá, una madre vivió un dolor indescriptible al buscar durante 20 días a su hija y su nieto. Aunque logró encontrar el cuerpo de su hija en Medicina Legal, el paradero del bebé sigue siendo un misterio. Este caso resalta una preocupante tendencia en Colombia: la desaparición de menores y las circunstancias que rodean estos eventos.
Jenny Valentina Beltrán, una joven de 18 años, desapareció junto a su hijo de 2 años. La última vez que fueron vistos fue en un parque en Ciudad Bolívar el 19 de enero de 2025. Según la madre de Jenny, ella estaba acompañada por una pareja que le había insinuado la posibilidad de mudarse a Ecuador. Las circunstancias sugieren que podría haber sido manipulada para seguirlos.
Tras días llenos de incertidumbre, la madre visitó Medicina Legal con la esperanza de encontrar respuestas. Allí se confirmó lo peor: su hija había fallecido. Sin embargo, el caso dio un giro aún más alarmante al no encontrarse rastro del bebé, quien sigue desaparecido. Este trágico desenlace refleja la complejidad y el alcance del problema de las desapariciones, especialmente entre los más jóvenes.
Cifras que preocupan
No es un caso aislado. En Colombia, cada día desaparecen aproximadamente 4 niños, según datos recientes de Medicina Legal. En 2024, de los 1.579 menores reportados como desaparecidos, 811 fueron encontrados con vida, 10 fallecidos y 758 aún se consideran casos sin resolver. Estas cifras no son un fenómeno nuevo. En años anteriores, como 2019 y 2018, los porcentajes de desapariciones de menores se mantuvieron cerca del 35-37%.
Este panorama inquietante no solo afecta a las familias afectadas, sino también a la sociedad colombiana en su conjunto. ¿Cómo proteger a los menores cuando tantos factores externos parecen estar en su contra?
Factores que contribuyen a las desapariciones
Las desapariciones rara vez ocurren en el vacío. Los expertos en Colombia han identificado varios factores que alimentan este problema. Entre ellos, el reclutamiento de menores por organizaciones criminales es uno de los más alarmantes y representa un 70% de los casos atendidos, según investigaciones recientes. Este fenómeno se relaciona con redes de tráfico de personas, violencia y actividades ilícitas en zonas de alto riesgo.
Por otro lado, la presión económica y social también juega un rol en la vulnerabilidad de las personas. Algunos casos evidencian cómo las promesas de empleo o una vida mejor en otras regiones llevan a decisiones precipitadas, como confiar en extraños.
Ante estos desafíos, los especialistas enfatizan que las primeras horas tras una desaparición son críticas. Este periodo es clave para reunir pruebas, activar las alarmas y, en muchos casos, asegurar el regreso de las víctimas. Las demoras por parte de las autoridades o la falta de recursos pueden hacer que las investigaciones se enfríen, dificultando aún más los esfuerzos para encontrar a los desaparecidos.
Además, en Colombia existen leyes establecidas que colocan el interés superior del niño como prioridad absoluta en casos relacionados con menores. Esto significa que, legalmente, cualquier decisión debe tomar en cuenta el bienestar y la protección del niño, por encima de otros intereses.
El caso de Jenny y su hijo no es solo una tragedia individual, sino un reflejo de una problemática nacional que afecta a miles de familias colombianas. Enfrentar esta situación requiere no solo la acción inmediata de las autoridades, sino también el compromiso de comunidades enteras para proteger a los más vulnerables.
Este doloroso episodio deja preguntas abiertas: ¿Dónde está el bebé? ¿Cómo puede evitarse que más familias pasen por lo mismo? Cada desaparición deja una huella imborrable y nos exige, como sociedad, buscar soluciones que prioricen la vida y la seguridad de todos, especialmente de los más pequeños.
