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Colombia

Este es el pueblo en Colombia que celebra la Navidad en febrero

Detrás de la tradición hay una historia de sometimiento y discriminación

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Si te dicen que describas diciembre en una palabra, seguramente la primera que se te vendría a la cabeza sería ‘Navidad’, ya que en esta fecha se conmemora, de manera simbólica, el nacimiento de Jesucristo. Sin embargo, existe un pueblo en Colombia que rompe con este paradigma y vive la magia de la “Noche Buena” en el mes de febrero.

En el corazón del país, se encuentra el encantador pueblo de Quinamayó, conocido por su peculiar tradición de celebrar la Navidad en febrero. Un caserío de unos 20 kilómetros, que está ubicado a 21 kilómetros del casco urbano del municipio de Jamundí, en el Valle del Cauca.

El origen de sus pobladores está ligado a la época de la esclavitud y de allí viene el cambio en el día y la manera en la que viven las festividades que para el resto del mundo son decembrinas. Durante el mes de febrero, las calles de Quinamayó se llenan de color y alegría. Los habitantes decoran sus casas con luces brillantes, guirnaldas y adornos festivos. La plaza principal se convierte en un centro de reunión, donde las familias y amigos se reúnen para disfrutar de comidas tradicionales, música y bailes típicos de la región.

En esta localidad el “niño Jesús” al que rezan y el que colocan en el pesebre, es afro y nace el 16 de febrero.  Previo a la fecha del nacimiento acostumbran a hacer procesiones con niños vestidos de ángeles y figuras de soldados y cantores que lo custodian.

Navidad
Foto: Freepik

¿Por qué Quinamayó celebra la Navidad en febrero?

Aunque a simple vista la tradición puede parecer peculiar y llamativa, lo cierto es que detrás de ella hay una historia de sometimiento y discriminación.  Como ya se dijo, el origen de la población de Quinamayó viene de la esclavitud, y antes de que esta fuera abolida, los amos no le permitían a los esclavos celebrar el 24 de diciembre porque debían estar a su servicio.

A cambio de eso, les propusieron escoger cualquier otro día del año y fue así como decidieron hacerlo a mitad del segundo mes, cumpliendo también con su creencia de que después de dar a la luz, la mujer debe guardar una cuarentena, en este caso, María.

Si bien es cierto que ya los habitantes hacen parte de un territorio libre, su arraigo cultural ha hecho que mantengan la tradición y que la vayan inculcando en cada niño que va naciendo, para que la costumbre no se pierda.

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María Vargas Jimenez
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