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¡Insólito! Senador es enviado a la cárcel por tráfico de órganos

El trasplante que pretendían realizar no se llevó a cabo

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A nueve años de cárcel fue condenado el senador nigeriano Ike Ekweremadu, exvicepresidente de la cámara alta en Londres por querer extraerle los órganos a un joven para trasplantárselo a su hija. Según el fiscal que lleva el caso, la pareja trajo al hombre al Reino Unido en febrero del año pasado engañado bajo la oferta de unos miles de libras por su órgano y la promesa de trabajar en el Reino Unido.

Sin embargo, el joven al ver que se trataba de un tráfico de órganos, acudió a la policía diciendo que había sido objeto de trata y que alguien estaba tratando de extraerle ilegalmente el riñón.

El trasplante que pretendían realizar no se llevó a cabo porque un consultor del Royal Free Hospital de Londres comenzó a sospechar de las circunstancias que rodeaban al donante propuesto, de unos 21 años cuyo nombre no puede ser identificado por razones legales, a quien la familia había tratado de hacer pasar por el primo de su hija.

Sonia Ekweremadu, era la hija del Senador quien iba a ser la receptora del órgano y padece de una enfermedad renal grave y en deterioro que requiere diálisis.

Sentencia

Tras el suceso, las autoridades iniciaron una investigación encontrando culpabilidad de tráfico de órganos ilegal contra Ike Ekweremadu, por lo que recibió una sentencia de  nueve años y ocho meses en el primer juicio, mientras que su esposa Beatrice, de 56 años, fue sentenciada a cuatro años y seis meses.

Por su parte, el médico nigeriano Obinna Obeta, de 51 años, descrito por los fiscales como un intermediario, también recibió una condena de 10 años. Los tres fueron condenados por conspirar para organizar el engaño al joven y extraerle el órgano. La hija del senador también fue investigada, sin embargo, resultó absuelta del caso.

Este insólito hecho, fue juzgado bajo la ley de esclavitud moderna y sería el primer enjuiciamiento exitoso por una conspiración de sustracción de órganos.

En la sentencia, se puede leer el dictamen del juez encargado quien declaró que “el tráfico de personas a través de las fronteras internacionales para la sustracción de órganos humanos es una forma de esclavitud que trata a los seres humanos y las partes de su cuerpo como mercancías que se compran y venden. Es un oficio que se aprovecha de la pobreza, la miseria y la desesperación”.

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Angélica Díaz Torres
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