Estilo de vida

Consejos para evitar que los toallas de cocina huelan mal

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Los toallas de cocina muchas veces son uno de los elementos que más usas, pero necesitan un mantenimiento correcto para que tu cocina y estos, no tengan mal olor. Cuando lo usamos demasiado puede empezar a desprender un olor bastante desagradable, y lo primero que se nos ocurre es botarlos, pero la verdad es que podemos evitar hacerlo limpiándolos bien. Y para que queden como nuevos, te recomendamos estos trucos caseros que te ayudarán a salvarlos.

Agua y vinagre

Colócalo en un recipiente, espolvorea bastante bicarbonato de sodio sobre los trapos y vinagre. Notarás que si le agregas agua habrá una reacción química y si utilizas agua caliente, hirviendo, será mucho mejor. Deja tus trapos en el agua durante una noche o unas 12 horas. Cuando termines, enjuaga con agua limpia y deja secando al sol, preferiblemente, y así verás que han quedado totalmente desinfectados.

Borax para el mal olor

Usar borax te ayudará a eliminar el mal olor en los trapos de cocina y a la vez matar todas las bacterias que pudiera tener, eso sí, debes asegurarte de que la tela de los trapos es resistente a este producto.

Crea una mezcla de bicarbonato de sodio y bórax en partes iguales y mezcla hasta que se integren. Mete tus trapos de cocina dentro del agua por unos 20 minutos. Luego refriégalos muy bien, enjuágalos y pon a secar al sol.

Jabón líquido para ropa, sal y limón

Necesitarás 2 tazas de agua, 1/4 de taza de bicarbonato de sodio, 1/4 de taza de vinagre blanco, 1/4 de taza de jabón líquido para ropa, 1/4 de taza de sal y 1 limón. Esto te alcanzará para limpiar entre 1 y 2 trapos pequeños.

Calienta el agua en una olla y cuando hierva vierte el agua caliente en una cubeta. Luego agrega el vinagre blanco, el jabón líquido para ropa, la sal, el jugo del limón y también asegúrate de incluir la cáscara del limón ya exprimido y hasta el final agrega el bicarbonato de sodio y mezcla todo para integrarlo. Remoja los trapos de cocina y déjalos sumergidos toda la noche. Al día siguiente sácalos y enjuágalos con agua limpia y fría.

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María Vargas Jimenez
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