Salud

6 síntomas del cáncer de mama que no hay que ignorar

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El cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres: en 2017 se diagnosticaron aproximadamente 60.000 nuevos casos, pero este tiene un “buen pronóstico”: más del 87% de las pacientes están vivas 5 años después del diagnóstico. La tasa de mortalidad ha disminuido considerablemente en los últimos 15 años.

¿A quién afecta? Aunque todas las mujeres pueden desarrollar un cáncer de mama a lo largo de su vida, hay algunos factores que aumentan el riesgo: es más frecuente entre los 65 y los 74 años, en las mujeres que fuman, en las que beben en exceso, en las que han tenido una pubertad temprana y/o una menopausia tardía, en las sedentarias y/o con sobrepeso, así como en los antecedentes familiares y la predisposición genética. También hay que tener en cuenta que el cáncer de mama también puede afectar a los hombres.

Autoexploración de los senos: Debe hacerse todos los días, en la ducha, ¡Desde la adolescencia!

¿Cómo funciona la revisión? Los exámenes organizados de cáncer de mama están dirigidos a todas las mujeres de entre 50 y 74 años: en la práctica, se trata de una mamografía (es decir, una radiografía de las mamas) cada dos años, complementada con un examen clínico (palpación de la mama) y una consulta con el médico.

Muchos médicos recomiendan complementar este examen organizado con la autoexploración periódica de las mamas. Esta “autoexploración mamaria” , que se realiza idealmente todos los días a partir de la adolescencia, en la ducha o al ponerse la crema hidratante, complementa los exámenes médicos y ayuda a identificar cualquier anomalía que pueda ser responsable del cáncer de mama.

Síntomas del cáncer de mama

Un bulto en un pecho

Este es “el” síntoma por el que hay que preocuparse, ya que es el signo más común del cáncer de mama. Generalmente indoloro, este bulto (que puede ser más grande o pequeño) no “rueda” bajo los dedos: parece estar “pegado” a la mama. Suele ser dura al tacto y con contornos irregulares.

Nódulos duros bajo el brazo

En el caso del cáncer de mama, los ganglios linfáticos axilares pueden sentirse duros al tacto: están situados en la parte superior de la mama, casi debajo de la axila. Son indoloros y aparecen como “bultos” más o menos grandes bajo la piel.

Un cambio en los senos

Un cambio rápido en el color, el tamaño y/o la forma de la mama (en un periodo corto de tiempo) puede indicar la presencia de un cáncer de mama. Por ejemplo, si la piel tiene aspecto de “piel de naranja”, si está enrojecida, hinchada, si parece que se encoge, si se forma un “hueco” (como un hoyuelo), si un pecho cambia de forma con respecto al otro… es aconsejable consultar a un especialista.

Un cambio en el pezón

De nuevo, un cambio repentino (en unos días, semanas o incluso meses) en el color o la forma del pezón debería motivar una consulta. Por ejemplo, puede haber una secreción anormal (blanca o roja), un pezón que cambia de color (volviéndose más claro u oscuro) o un pezón “metido”.

Signos de inflamación

El cáncer de mama inflamatorio, más raro, suele afectar a las jóvenes y a las mujeres de origen africano: se caracteriza por un pecho caliente al tacto, más grande, doloroso o muy sensible, una piel más gruesa en la mama e incluso picores en la misma.

Otros síntomas

Cuando se extiende, el cáncer de mama puede provocar la aparición de síntomas más generales: dolor de huesos, pérdida de peso involuntaria, pérdida de apetito, problemas respiratorios (tos que no desaparece, falta de aire, etc.), dolores de cabeza, debilidad muscular, problemas de visión, etc.

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María Vargas Jimenez
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